Monasterio
El monasterio de San Salvador de Celanova, al suroeste de la provincia de Orense, en la orilla izquierda del río Sorga, afluente del Arnoia, fue fundado por san Rosendo en el año 942 en una villa de pertenencia familiar donde ya había una capilla dedicada a san Martín, donada por su hermano, el conde Froilán Gutiérrez, un conjunto de tierras fértiles y de labor cerca de la frontera portuguesa y en un cruce de caminos norte-sur entre las antiguas Auria y el Luccus romano (Santiago) y Braccara Augusta (Braga) y este-oeste entre los campos de la meseta peninsular y la costa gallega.
La magnífica obra que hoy se contempla es el resultado de la evolución arquitectónica de una construcción que se inició en los tiempos del fundador con un conjunto de pequeñas edificaciones levantadas en las inmediaciones de una antigua capilla dedicada a San Martín, entre las que documentalmente (que no gráficamente) se sabe por el monje Ordoño de Celanova que eran las siguientes:
- Una iglesia con tres ábsides dedicados a San Salvador, San Pedro y San Juan.
- El pequeño templo dedicado a San Miguel arcángel.
- Viviendas para monjes.
- Viviendas para trabajadores del cenobio.
- Viviendas para peregrinos y huéspedes.
Posteriormente estas construcciones aisladas, probablemente muy humildes en su configuración arquitectónica inicial, dieron lugar al levantamiento de un monasterio propio de la arquitectura del románico, el cual todavía fue visto y descrito por Castellá Ferrer: “La iglesia con la torre mayor que para antigua es muy grande, hermosa, y de muy buena bóveda coronada toda de almenas y saeteras, que bien parecía soldado y caballero”.
La fábrica actual se desarrolla en torno a dos grandes claustros (el procesional y el del poleiro), además de un pequeño patio de servicio para la cocina, alrededor de los cuales se distribuyen las diferentes dependencias que en su momento fueron dedicadas a las labores de administración, servicio y residencia de los monjes, y a los que hay que añadir el gran edificio dedicado a la vida religiosa, es decir la iglesia.
Claustros
El monasterio se organiza alrededor de dos claustros y un pequeño patio de servicio.
El Claustro Barroco: También conocido como el claustro Reglar o de las procesiones, el Claustro Barroco se encuentra próximo a la sacristía y tiene acceso lateral a la nave sur de la iglesia. La planta baja, una obra de Juan de Badajoz del siglo XVI, presenta bóvedas de crucería. En los soportes de toda la arquería gótica se conservan interesantes medallones con bustos de personajes históricos (Carlos V, Felipe II, Juan de Austria), figuras oníricas y monjes benedictinos.
En el siglo XVIII, Fray Plácido Iglesias, un monje arquitecto de Celanova y natural de Terra de Montes (Pontevedra), ornamentó las fachadas exteriores del claustro en un estilo muy barroco. A él se le atribuye también la solemne escalera abacial que comunica los dos pisos de este claustro.
El Claustro del Poleiro: El segundo claustro, conocido popularmente como Claustro del Poleiro, se finalizó en el año 1722. Aunque su diseño es más sencillo que el del Claustro Barroco, sus dimensiones son muy similares. De confección neoclásica, destaca por una curiosa balconada que permite el acceso a las celdas situadas en el entresuelo, entre la planta baja y la primera planta del edificio. Esta balconada está sostenida por grandes ménsulas, características de la arquitectura popular gallega, que le dan el nombre popular de “poleiro”.
Otros espacios: La biblioteca, situada en la planta alta de la nave central que separa y une a la vez los dos claustros, junto con otras escaleras de este mismo claustro y algunas dependencias anexas como el patio de las caballerías, ofrecen interesantes soluciones arquitectónicas que merecen ser visitadas.